martes, 5 de noviembre de 2013

XIX Salón del Manga de Barcelona

Esta entrada va a ser bastante larga, pero me apetece contar todos los percances por los que hemos tenido que pasar durante este maravilloso fin de semana, aunque probablemente solo le interese a las cinco personas que vinieron conmigo. Ante todo, tengo que decir que han sido dos días increíbles y me
lo he pasado de muerte. El Salón siempre tiene ese efecto sobre mí; da igual cómo me puteen que siempre lo disfruto como una niña pequeña. 

La primera en la frente vino con el viaje de ida. Yo viajaba desde Madrid con dos amigas y nos encontraríamos con mi novio, su hermana y un amigo ya en Barcelona. En origen compramos billetes para un tren Estrella que saldría el jueves 31 a las 22:30 de Chamartín, con la idea de pernoctar en el tren y llegar a Barcelona prontito por la mañana. Pero, por supuesto, algo salió mal. Renfe anunció una huelga de 24 horas para el 31, y nuestro tren, como pudimos ver con horror en la web, fue afectado. Llamamos y llamamos hasta ganarnos el odio de Renfe, e incluso yo misma me tragué dos horas de cola en Chamartín para que nos aseguraran hasta el seis ocasiones que el tren salía a las 00, que no nos preocupáramos porque el tren si circularía. Pues tú te lo crees, y qué vas a hacer. Total, que llegamos nosotras a Chamartín a las once y media y nos encontramos con que el tren ya había salido porque el conductor había decidido no hacer huelga y el tren había salido a su hora. Nos quedamos en tierra, solos en Chamartín, como cuarenta personas. Llamamos muchas, muchas veces a Renfe, y unas nos aseguraban que el tren todavía tenía que salir y otras que no, que ya se había ido. Además, a esas horas la estación ya estaba completamente desierta, ni un solo empleado al que dirigirnos. Patético. Resultaba surrealista. Por suerte, todos los afectados hicimos piña (gente simpatiquísima, ojalá lean esto), así que quedamos a primera hora del día siguiente en Atocha para que nos reubicaran. Allí nos plantamos a las 6:30 de la mañana, sonriendo educadamente pero listos para saltar a la mínima. Pero lo conseguimos, nos hicieron caso y pudimos salir para Barcelona en un AVE a las 8:30.
El viaje fue muy agradable (echaron una película de Woody Allen) y llegamos a las 11:45 a Sants. Allí nos encontramos con mi novio, su hermana y su amigo, y los seis nos encaminamos al albergue. Estaba a cincuenta metros de la Sagrada Familia y aunque al principio parecía un zulo, al final resultó estar bastante bien. Como teníamos tiempo hasta hacer el check-in, decidimos visitar la Sagrada Familia pese a la cola que tuvimos que hacer (una de las muchas de aquel fin de semana). La última vez que había ido a verla estaba llena de andamios, así que disfruté mucho la visita, aunque Gaudí no me llama demasiado la atención. Comimos en un Subway, nos echamos una siesta y, tras una divertida sesión de maquillaje para los cosplays (yo al menos me lo pasé pipa), nos fuimos al Salón.
Aquí llegó el segundo golpe. Las colas. Bastante se ha escrito este finde ya sobre ellas y sobre los problemas de aforo, así que no voy a extenderme sobre ello mucho más. Solo decir  que fue un coñazo tener que esperar tanto, pero la verdad es que lo llevé bastante bien. En buena compañía todo se hace mucho más entretenido.
El Salón lo encontré muy bien repartido, con mucho espacio para moverse y stands bastante bien montados. Estaba menos petado que otros años y encontré todo lo que quise, así que fenomenal. Una vez dentro no tengo ninguna queja, todo lo contrario. Adoro el buen rollo que hay en los salones, de veras que lo adoro.
Estábamos tan reventados al salir que nos pillamos dos taxis hasta el albergue y encargamos unas pizzas para cenar.

Al día siguiente madrugamos para estar pronto en el Salón (esta vez sin cosplay), lo que no nos evitó dos horas y media de cola, pero bueno. Estuvimos toooooodo el día allí metidos, creo que nunca había aguantado tanto tiempo de seguido. Comimos en la zona de gastronomía (alabado sea el cambio y la variedad); yo me pedí gyoza y yakisoba, manjar de dioses. No fuimos al WCS, pero nos lo pasamos pipa igual. Por cierto, si el cosplayer buenorro que iba de Ace lee esto, mis amigas te buscan, chato :P
Me lo paso pipa siguiendo por Twitter las presentaciones de cada editorial, y este año ha sido bastante ligerito en cuanto a licencias, lo que me viene muy muy bien porque todavía tengo pendientes varias series del año pasado. Me interesan, más que nada, los dos spin-offs de Ataque a los titanes, el de Before the fall y el shojo de Rivaille (¡ou yeah!). Minipunto para Norma.

Del día de la vuelta no voy a decir nada, todo fue sobre ruedas. Como siempre, me dio una pena horrible despedirme del Salón, pero ya se sabe: lo bueno, si breve, dos veces bueno. El año que viene más y más grande (volvemos a L'Hospitalet) :D
Muchas gracias por venir y hacer del Salón una experiencia tan maravillosa: Tati, Vera, Nuria y Santi, y Rodri, te quiero muchísimo.

En cuanto a las compras:
-Chaqueta del Escuadrón de Reconocimiento de Ataque a los titanes.
-Llavero de lo mismo (este Salón he sido monotema xD).
-Camiseta del Titán Colosal, de "Advertencia, yaoi" (súper cachonda) y de mimitos (adoro estas camisetas de Colosingo, en el stand de Babylon).
-Figura de Orihara Izaya (Durarara!!).
-Summer Wars.
-Los niños lobo (adoro a Hosoda).
-Kabei.
-Kiseki.
-Despedidas.

Y ya el manga:
-Naruto #63, #64
-Bleach #55, #56
-Detective Conan #74, #75, #76
-Bakuman. #19 y #20 (¡acabada!)
-Soul Eater #20
-Nura, el señor de los yokai #11, #12
-Las vacaciones de Jesús y Buda #7
-Blue Exorcist #10
-Black Butler #12

Me he contenido bastante (quién lo diría, ¿verdad?) para no comprar números 1, pero ya caerán, ya.

Hasta el año que viene, Barcelona.







1 comentario:

Tati dijo...

No habrá contactado contigo el buenorro y me lo estás ocultando verdad?...
Viaje único. Gracias por invitarme Crisálida :D